jueves, 25 de febrero de 2016




¿Quién educa en esta sociedad a los hijos varones a ser buenos esposos, a ser padres comprometidos y serviciales, a formar hombres valientes que defiendan con su servicio y oración la fe en sus hogares?
Cada vez hay más familias rotas y si en esta sociedad los jóvenes no tiene de referencia a un padre amoroso, ¿cómo aprenderán a ser padres?
Vivimos en un mundo donde la familia está gravemente atacada, donde el hombre está perdiendo su masculinidad y está desorientado, hombres sin capacidad de sufrimiento, incapaces de ser garantes en la construcción de un hogar donde se viva el servicio, la donación, donde se rece los unos por los otros, donde se dé el perdón y la alegría de sentirse amados.
Hermanos!! Tanta mundanidad nos hace perder nuestro sentido primero, nuestra misión de padre. Nos seduce lo mundano que no es mas que una falsificación del Amor y dejamos de alimentar nuestro espíritu, el amor al dinero y los deseos de la carne nos destrozan el alma y ningún padre con el espíritu hundido por su pecado puede orientar a sus hijos en la verdad, ni amar a su esposa como merece ser amada.
Por eso os animo a vosotros hombres a huir de todo pecado, de los refugios engañosos como el alcohol y la pornografía, que en vez de fortalecer nuestra fe, nos vuelven esclavos y nos quitan la alegría que deberíamos tener siempre en el corazón.
Rezad con fuerza, gritad si es necesario, el Señor conoce nuestra debilidad y desea mostrarse a través de nosotros como vasos de barro, pues un padre que quiere entrar en la voluntad de Dios, que pone primero lo espiritual, que ama a sus hijos y sirve a su esposa como el regalo mas digno, antes que su propia satisfacción, que las falsas seguridades, antes que el dinero, Dios nunca lo abandona en su misión, será un hombre pleno y un padre amoroso que en su casa siempre se sentirá bendecido.


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